Pensar que porque haga cosas buenas me pasen buenas cosas es como pretender que un oso no me coma por ser vegetariana. Es cierto. Es poco lógico proceder a pensar de esa forma.
Pero a veces el universo tiene esta manera divertida de demostrar que, si no es el karma que está detrás de todas las cosas, entonces cada día que llueve, miles de gotas de ironía caen por encima del agua y se evaporan por el aire, llenando los rincones de cada habitación y todas las esquinas de la ciudad, decorando todas las situaciones que las toman como escenario.
lunes, julio 25
Karma Karma Karma
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