No son realmente los hechos, las peleas o los argumentos lo que nos distancian de los amigos. Los amigos, por más enviados del cielo que sean, son humanos y cometen errores, y para la persona no patológicamente rencorosa es natural perdonar o dejar atrás los argumentos y los accionares erróneos de la gente. Tal vez no inmediatamente, tal vez lleve un tiempo, pero a veces las amistades dejan huellas más grandes que una mala memoria.
Son las neurosis de cada uno las que nos separan como dos olas en una orilla vacía, a tal punto que la amistad ya no es compatible.
domingo, julio 24
Distancia
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