Globos

Para mi cumpleaños alguien llenó mi casa de globos. Llegué a la tarde y estaba decorada como si yo cumpliera un poco menos de la mitad de los años que cumplí. Fue irónicamente infantil y ridículo, inocente.
Sin embargo las huellas de las conductas quedan impregnadas en redes neuronales de por ahí. Después de comer, agarré un grupo de 3 globos, unidos por un hilo, y los tiré por el aire. El juego es golpear al que está cayendo más rápido, que ése suba violentamente como yendo a abrazar al cielo y los demás, con un poco más de cordura, lo arrastren para abajo para ser golpeados como su compañero. Se mueven de un lado al otro y yo corro por toda la casa, como si realmente no tuviera nada que hacer, como si no se fueran vidas haciendo eso; y no pude evitar pensar que es como una forma completamente macroscópica y análoga de las moléculas en estado gaseoso o incluso líquido, moviéndose por todos lados, corriendo, saltando, flotando azarosamente, en un mar lleno de entropía y caos, interactuando con todo lo que hay a su alrededor impredeciblemente, sin sentido, moviéndose sólo por las fuerzas de atracción y repulsión que las influencian, sin darles otra opción.
Básicamente como el resto de nosotros.