En la pasada mañana de Sábado salía yo del gimnasio, caminando un tanto preocupada, pero con andar indiferente; saludo a los que lo atienden. Mientras espero que me den el carnet, escucho un fragmento de su conversación:
"Lo peor que le puede pasar a la pareja es la Rutina".
Me despedí y me fui, guardando el carnet en mi mochila, y pensando en la única oración que había escuchado. No era nada que jamás hubiese vivido por experiencia propia, o ninguna deducción inteligente que yo misma saqué en una noche de meditación. Podría escribir la Divina Comedia sobre la vida soltera, pero hay que admitir que, en cuanto a vida amorosa en relaciones duraderas y estables, entregaría el examen en blanco.
Es complicado ver, desde la isla de los números impares y café para uno, entrada de cine para uno, ropa interior que reemplaza lo sexy por lo cómodo y noches de series y películas descargadas de Internet cómo se puede pasar mal vivir en la isla de enfrente, la Isla de los Pares. Si una persona está dispuesta a sacrificar su total autonomía, independencia y un estilo de vida cómodo y ajustado a uno solo y sólo a uno para compartir experiencias y, por qué no, la vida misma con otra persona, de alguna manera afín o compatible, ¿Cómo puede esto caer en algo malo, una etapa mala que termina desgastando todo? ¿No se supone que la estabilidad es duradera, alimentada nada más ni nada menos que por la magia entre las dos personas? No me gusta que fumes, pero el pelo te queda tan bonito cuando lo peinás al costado. Por supuesto, una cosa es que a la larga las dos personas conozcan características de la personalidad del otro, que las hacen sencillamente incompatibles, como esas piezas de rompecabezas que parece que encajarían pero en la práctica sencillamente no lo hacen; Cuando te fijás bien, una tiene una punta más bien redondeada, y la otra cuadrada. La separación, en ese caso, es algo inevitable, destinado, inminente, para mejor.
Pero si las piezas son afines, van bien, forman un lindo paisaje, ¿Cómo algo tan bonito puede ser corrompido por algo tan neutro como la rutina? Si estuvo bueno una vez, debería estar bueno siempre.
Aparentemente, algo en común con la soltería. La rutina también la arruina. Nadie se da cuenta, o no tiene a quién echarle la culpa, y puede cambiarlo anotándose a un curso de idiomas o cambiando el desayuno de tostadas por cereales, aunque eventualmente caería en lo mismo. Aquel que trabaja, o estudia, o se despierta a tal hora y se acuesta a tal otra, decide ver todos los días a la misma hora la misma serie, lo hace - o debería, en teoría, al menos - porque le gusta, y es sólo cuando pasó el tiempo necesario, que varía para cada uno se da cuenta de que llegó a un equilibrio químico, a un estado en el que no varía absolutamente nada. No somos seres que puedan convivir con el equilibrio; constantemente hay que alterarlo. Aumentar la entropía del universo. Siempre se habla de congelar un momento y vivirlo para siempre, pero no es más que una gran mentira, una falsa ilusión. Eso llevaría a cualquiera al hartazgo.
La diferencia entre la Rutina de la pareja y la Rutina del que está solo, es que la primera se puede eliminar con dos alternativas; una reversible, que involucra sexconsejos de Alessandra. Otra, irreversible, con la disolución de la pareja y una mudanza a la isla de las medias sueltas en el cajón de ropa, que uno siempre revuelve buscando la otra suelta, del mismo color que tiene en la mano.
Pero el que está solo, cansado de vivir su vida solo, de compartir todo consigo mismo de la misma manera, ¿Qué puede hacer? Ponerse de novio es un proceso mucho más complejo que cambiar el estado civil en facebook.
domingo, mayo 16
Rutina
Publicado por
Yay
en
15:30
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1 comentario:
Qué bueno que hayas escrito esto. Y te entiendo a la perfección desde una posición bastante similar.
Por mas que uno esté en sintonia consigo mismo, las series y las películas luego de un tiempo terminan aburriendo.
Saludos
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