Cientos de moles de películas, libros y filósofos nos han inducido ya a dar lugar a cierto pensamiento en nuestras mentes; Si supiéramos que nos queda un día de vida, pasaríamos todo lo que queda de ella haciendo, por una vez, todo lo que queremos hacer y no hacemos, sea por la vergüenza, por los valores éticos y morales, por el miedo a las consecuencias, al qué dirán. Después de todo, ¿Qué más da? No queda el lugar para lamentar las malas consecuencias de los actos; nadie puede quitarnos lo bailado.
Inspirador, ¿No? Prácticamente nos dice que vivimos en un período de latencia, reprimidos, mediocres e infelices, hasta que ya no queda tiempo, no queda ni tiempo para respirar, y es el momento de sacar todo el aire, cerrar los ojos y hacer las cosas sin pensarlas tanto antes. Sería muy bueno poder vivir cotidianamente con el impulso del "qué más da" y, sencillamente, hacerlo todo, dejarlo fluir.
El problema es que hay un problema. En las películas nunca nadie te cuenta qué pasa cuando luego de un ataque de impulsiva honestidad las cosas no terminan como para la foto del final feliz. Porque cuando todo sale mal, y tenés que vivir con eso, con la constante cara colorada por la vergüenza y tapándote el rostro con el pelo, te preguntás en qué carajo estabas pensando.
martes, mayo 18
24 horas de vida
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me resulta siempre muy interesante leer este tipo de cosas, más cuando acabo de escribir algo relacionado en mi n00blog, pero desde otra óptica... digo, justamente vivir bajo la sensatez y el razonamiento para evitarse situaciones.... chotas donde uno justamente actua por lo que le dice su... "guts" me sale, en inglés.
"que carajo pensaba" es algo bastante adecuado. Pero por lo demás, a veces realmente vale la pena mirar para atrás y ver que uno tomó alguno que otro riesgo, por más pequeño que parezca, o que se choco con una -o cuatro- paredes. Al fin y al cabo...
http://xkcd.com/458/
Un saludo.
Publicar un comentario