martes, abril 20

Aniversario

Es una noche como cualquier otra. Al menos eso parece. Estoy sentada en la mesa, acompañada por un mate extradulce y un termo rojo brillante, leyendo, incorporando información aparentemente crucial para mi formación profesional, resumiendo, dibujando células como pacmans y flores (por "Flora" intestinal). El silencio absoluto de la noche está acompañado por un disco de Radiohead que se escucha desde la cocina, In Rainbows.
Son las 0.00 hs y escucho del balcón un ruidito a patitas. Un monstruo negro me mira con sus ojos brillantes negros y me sostiene la mirada por unos segundos; casi puedo escucharla decir "Feliz Cumpleaños". No necesito que diga nada. Puede comunicarse conmigo sin haber hablado nunca en toda su vida; sólo le basta con sentarse con las orejas bajas apenas llego a casa y no ofrecer resistencia a mis abrazos impulsivos.
Sigo estudiando. Sonrío con cariño al leer los pocos mensajes de texto que me llegan a las horas de las 12.
Terminado el capítulo de "Inmunidad en mucosas", me voy a la cocina y fijo mi mirada en el mosquitero, alguna vez casi transparente, ahora un 68% amarronado. Suena All I Need.
Me niego a tener una crisis de edad. Son sólo 21 años, y tener una crisis de edad ahora sólo empeoraría las cosas. No puedo quejarme; soy joven, éstos son los momentos que recordaré sonriente cuando venga la verdadera crisis y esté viendo viejos episodios de Dexter, riéndome de la loca moda de aquella época tan lejana donde yo era todo inocencia e inexperiencia.
"Feliz Cumpleaños", murmuré, y prendí un fósforo; observé cómo se apagaba por su cuenta, lentamente. ¿Recordaré cómo pasé este cumpleaños? Hoy intenté recordar cada uno, y no tengo idea cómo fue cuando cumplí 16 años. ¿Pasará lo mismo cuando piense en los 21? Me acuerdo una entrada que escribí en mi diario a los 7 años. "Ayer cumplí 7 años. Extraño los 6." La crudeza de esas palabras, escritas en una imprenta mayúscula de alguien cuyos nervios acaban de llegar a la suficiente maduración como para manejar el movimiento fino de la lapicera en la escritura me hacen reir a carcajadas por dentro.
Con sed, abrí una coca cola cerrada, en la heladera. Es el regalo que me autohago. Qué importa si no tengo nada para tomar mañana, hoy es mi cumpleaños.

1 comentario:

Lafran dijo...

Feliz cumplee


Vas a recordar, claro que vas a recordar, el nefasto día que tomaste un mate extradulce.
AJCO

 

Free Blog Counter