¿A dónde se fue mi inspiración?
Recuerdo como si fuese un largo sueño de coma, como si hubiese sido el año pasado, aunque no han pasado más que días (aunque técnicamente, ambas son correctas), que no tenía ganas de desperdiciar mi tiempo durmiendo. No dormía, vivía, reía. Sin sueños, con realidad. Ir a la cocina a preparar el desayuno era una actividad que derrochaba poesía. Salir de día y cerrar los ojos por el Sol de verano en su pleno apogeo que pega en la cara, cegando a todo lo que se encuentra a su paso... Si existiera la felicidad, debe ser algo parecido a eso. Esto debe ser como un trailer, seguro, pensaba.
¿A dónde se fue todo eso?
Hambre, sueño.
Duermo hasta tarde, estoy sentada leyendo nuevamente, pálida. Hoy me encontré un moretón en la rodilla. Me acordé que el otro día me golpeé muy fuerte con una silla. Ni siquiera recuerdo haber sentido el dolor.
Y sólo para darle condimento a la situación, tuve una sangrienta visita a mi dentista. Caries. Cepillo de dientes, hilo dental y enjuague bucal todas las noches, rutina de todo un año para terminar con anestesia, una anestesia que me durmió el labio inferior, la mejilla, la lengua, y la sensibilidad en las muelas de abajo. "En una o dos horas se te va a pasar el efecto", me dijo a las 17. Eran las 12 de la noche del otro día. Terminé de comer, me voy a lavar los dientes. El labio sangrando, hinchado, violeta. Como la anestesia seguía, ni me di cuenta de que al morder mi ensalada con pollo, mi chocolate, mis galletitas con el té me estaba mutilando el labio. Todavía tengo una cascarita, que me mira muy seria en el espejo. Pero es inevitable seguir con mi vida - comer una manzana, lavarme los dientes, ponerme crema a la mañana, y ver que está sangrando. Al rato para. No sé.
Pálida, ojerosa, con moretón en la rodilla y un labio hinchado. Quien sea que me haya secuestrado y golpeado, le pido que al menos me devuelva la inspiración.
viernes, enero 22
Inspiración
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