domingo, septiembre 20

Correr en círculos

Dar un nuevo paso, con el pie derecho o izquierdo, implica algo refrescante, renovador, imponente; seguir adelante con la vida, dejando atrás lo bueno y malo pero sin olvidar nada de lo ocurrido, porque después de todo, ¿Para que existe el pasado si no es para aprender algo para el futuro? ¿No se supone que de eso se trata la búsqueda de la felicidad? Encontrar lo que arruina la pizarra de la perfección de la vida e intentar borrar de cualquier forma posible lo que sea que esté escrito con marcador indeleble que nos separa de algo bastante específico que zapatea en nuestras mentes, algo bastante específico pero aún así borroso.

Aún así, dar el paso no alcanza. ¿Y por qué es eso? Porque corremos en círculos. Ovalados o perfectos, con un diametro que es el doble de su radio, redondos como la tierra en los tiempos de Colón. Podemos correr a la velocidad de la luz o volar alrededor del planeta hasta hacer retroceder el tiempo, y más allá que un desbalance en el espacio-tiempo, no se lograría nada especial, porque no cambia la dirección, sólo la ruta (que, por cierto, es ida y vuelta).

Rituales de fin de año y promesas dedicadas a deidades celestiales que se divierten marcando un dibujo con los puntos que representan los círculos en los que corren las pequeñas hormiguitas que se ven desde el cielo. Tanto esfuerzo dedicado a comprar pizarras nuevas, en blanco, para terminar escribiendo lo mismo de antes pero con otro color. Parejas que rompen por ser infelices y buscan alguien igual al de antes, cambios de decisiones que llevan a lo que se decidió en primer lugar, ropa nueva que no deja de ser igual a la que quedó guardada en un cajón con naftalina... Hans Krebs dedicó noches de sueño para descubrir los misterios de su ciclo en la glucolisis, para terminar describiendo otro idéntico para la urea. Un círculo no era suficiente para el Sr. Ciclo de Krebs I y II, ¿No?

Tal vez si dejáramos de correr en círculos el dolor de cabeza y el mareo desaparecería de una buena vez. ¿Pero qué quedaría entonces?


When people run in circles it's a very very mad world.


nota: Detesto este post, pero lo dejo por su caracter puramente catársico. El tema es demasiado grueso para mi como para no volver a ser tocado.

2 comentarios:

Daniel Shields dijo...

El tema es qué hacer con la vida, en la vida, no?
Mirar atras un instante antes de morir y decir "valió la pena..." O no sé, hacer mas placentero el viaje, librarnos de cierta culpa que muchas veces no sabemos de donde viene y que cuando sí sabemos de donde viene, no nos animamos a lo que se debe para pelearla.
Creo que terminé haciendo algo de catarsis yo.
Saludos

Lux dijo...

La Vida va y se borra,
y sólo me queda ahora,
pensar en lo que vendrá...
La Muerte ríe y luego llora,
limpia en su cara la deshonra,
porque cuando mueras, sola, ella seguirá...
¿Por qué la Muerte
tiene un ente,
una personificación,
y no la Vida,
siendo fuerte
su impacto en mi ilusión?
La espera va y me sobra,
y zozobra la memoria,
la ilusión se demora un poco de más
La Vida, antes tan clara,
hoy bosqueja la historia
de otro hombre más.

algo que escribi hace un rato...

Lo de los círculos es cierto, y cada vez que pasas por el mismo punto te das cuenta pero no te das cuenta cómo cambiar...como dice mi hno, el "perro que se intenta agarrar la cola", yo digo no es más que el reflejo de uno intentando encontrar el sentido... de giro

 

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