Hace poco menos de un año que Britney Spears decidió raparse el pelo, tatuarse 3 cosas insignificantes en la piel y perseguir con un paragüas a algún periodista chismoso que quería sacarle fotos. Ahora está internada por tener un, bueno, "pequeño" ataque psicótico mientras la policía se aseguraba que obedezca la orden judicial que la obligaba a entregarle sus hijos a su desaliñado ex, KFed. Sí. Ambulancia, policía y mucho escándalo involucrados.
Qué demonios? Seriamente.
Creo no estar equivocada ni generalizar cuando digo que el 85% de las chicas, yo incluída, y por qué no unos cuantos varoncitos, escuchábamos a la dulce rubia Britney cantar que su soledad la estaba matando pero que debía confesar que todavía creía, todavía creía!, o que era tan afortunada, era una estrella pero lloraba lloraba lloraba en su corazón solitario. Salía bien en las fotos, se vestía lindo y todas las demás estrellas querían ser como ellas. La reina del glamour y lo chic, Madonna, le dio un beso frente a toda la población irrelevante Hollywoodense, en los MTV, mientras que a la grasa, teñida y futuramente calva Cristina Aguilera la dejó al lado. Por supuesto.
Nada tiene sentido. Estuve meditando como unos, no sé, 5 segundos y llegué a la conclusión de que vivimos en una dimensión alternativa e incoherente. El mundo se desplegó ante el dejavú de alguien, cualquiera, la reina de inglaterra o Natalia Oreiro, y se formó una dimensión espejo con una pequeña mutación. Y nosotros, los que estamos acá, yo escribiendo esto y ustedes leyéndolo, vivimos en esta dimensión espejo. En la dimensión correcta, Britney sigue siendo cada día más y más poderosa, saca CDs como la luna cambia de fase, hace giras donde todos los fanáticos van a verla, participó en Harry Potter y el Cáliz de Fuego interpretando a la cantante de las Brujas de Macbeth, fue parte de esas fundaciones a beneficio de las víctimas del Katrina y el Tsunami, rockeó con U2, los Rolling Stones y Kudai, ganó el premio de la mujer más sexy del mundo, se casó con Justin Timberlake, tuvo 2 gemelos rubios de ojos celestes que nacieron cantando "Cry me a river" y muchas, muchas cosas más. Pero en esta dimensión, Britney es gorda, usa peluca y chaleco de fuerza.
Estamos todos viviendo en un mundo de mentira. Nuestros yos alternos están en este mismo momento escuchando a Britney en el Quilmes Rock o odiándola por ser demasiado metal como para escuchar algo tan masivo.
Tal vez no es tan mala esta dimensión. Quiero decir, todos sabemos que las Brujas de Macbeth deberían ser británicas.
sábado, enero 5
Dimensión Desconocida
Publicado por
Yay
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2:36
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