jueves, mayo 15

Decepción

Tony es un muchacho sano y feliz. Tiene 7 años.
Tony adora la Navidad.
Tony se porta bien en el colegio, es buen compañero y le gusta compartir galletitas cuando se compra para comer en la escuela. Trata bien a las chicas (menos a la que le gusta, a la cual tira del pelo), y tiene buenas notas.
Todas las tardes Tony merienda un vaso de leche con galletitas de avena y se cepilla los dientes 4 veces por día.
Para Navidad, Tony pidió un pony. Sus padres le dijeron que hablarían con Santa para que le traiga un pony. Y Tony todos los días soñaba con el pony, se imaginaba acariciándolo, peinándolo, yendo por la calle arriba de su pony, mostrándoselo a sus amigos, conversando con él, adquiriendo maravillosos poderes mágicos de pony.
Y la noche del 24 a las 12, Tony fue corriendo al árbol de navidad a buscar su pony envuelto.
Sólo había un paquete rojo.
Una remera, un buzo y un par de medias.



No encontrar un pony abajo del árbol de Navidad es un hecho más habitual de lo que uno cree.

1 comentario:

El Otro dijo...

Y los amigos debian pegarle por hablar de ponys... a mi me pasaba al menos

 

Free Blog Counter